30/12/09

Era de hielo.

Muchos más minutos
y los acentos de mis caderas.
Los reyes destituidos de mis entrañas,
los golpes de una pala, de adentro hacia afuera de mi cuerpo.

Me dijeron - No, mujer, por hoy basta.
Tuve que reaccionar.
Patalee, escupí, grité y hasta el último momento tuve la fuerza...
Pero todo se desvanece atrás de la cortina de estos tiempos.
- Adentro - dijo, y me encerró en el freezer otra vez, donde todo es
asquerosamente vano.