25/7/11

Es más fácil llegar al sol que a tu corazón.
Estoy harta de sentirme como una estúpida. No quiero seguirle dando poder a nadie para que me siga haciendo sentir mal acerca de mí misma. Sé que las mejores cosas llegan cuando uno menos se lo espera, pero a veces es simplemente muy difícil sentarse a esperar o no esperar nada en absoluto. Definitivamente necesito estabilidad, porque nada en mi vida en este momento es estable, recuperar mi alegría, mis ganas de hacer de todo y dejar de ser tan pendeja por miedo a la soledad, una soledad a la que le había perdido el miedo y que me acompañó durante un buen rato. No quiero darme por vencida, no todavía, pero tampoco quiero seguir perdiendo mi tiempo y mi energía en algo sin sentido o sin futuro, a estas alturas no necesito rogarle a nadie que me acompañe.
Alguna vez alguien lo dijo, el tiempo cura las heridas. Algunas situaciones conforman el pasado, los recuerdos son parte de él. No es el tiempo, es una cuestion de actitud. Quedarse sentado esperando que el tiempo se convierta en inyeccion y cure tu dolor, eso es lo que normalmente hacemos, o creemos hacer. El tiempo no cura las heridas, el tiempo da oportunidades para que vos aprendas a curarlas.
Lo conozco, sé que no va a ser felíz con nadie porque ni siquiera es felíz consigo mismo.
Lo sublime, lo toxico.
Lo inmaduro, lo idiota.
La razón, la soledad.
Lo patético, lo poético.
Lo transparente, la oscuridad.
Lo admirable, lo detestable.
La soberbia, la desesperación.
La esperanza, lo caótico.
La lastima, la estupidez.
Un desafio.
El miedo, el amor.
 Su droga es vivir a pleno, se pica con humildad, fuma consejos ajenos, y aspira sinceridad.
Y cada vez peor.
Y cada vez más rotos.
Algunos errores son deliciosos.
LA VIDA LE DIÓ MILONGA
Y ELLA BAILÓ.
Toda historia tiene un final, pero en la vida cada final es un nuevo comienzo.
Arriesgarse es vivir. Reír es arriesgarse a parecer tonto. Llorar es arriesgarse a parecer sentimental. Acercarse a alguien es arriesgarse a comprometerse. Exponer los sentimientos es arriesgarse a exponerse uno mismo. Expresar tus verdaderas ideas, tus sueños ante una multitud es arriesgarse a perderlos. Amar es arriesgarse a no ser correspondido. Vivir es arriesgarse a morir. Tener esperanza es arriesgarse a desesperar. Intentar es arriesgarse a fracasar. Pero uno debe arriesgarse, porque el riesgo más grande en la vida es no arriesgarse. La gente que no arriesga nada, no hace nada, no tiene nada, no es nada. Tal vez puede evitarse el sufrimiento y el dolor pero no puede aprender, sentir, cambiar, crecer, amar o morir. Encadenados por sus actitudes son esclavos, han perdido su libertad. Al final sólo el que arriesga es libre.
El que no arriesga no gana, el que pierde pudo haber ganado. El triunfante es conciente de sus logros, el que ni lo intenta no conoce siquiera la derrota. El que afronta sus sueños puede vencer, el que abandona sin siquiera proyectar sera vencido. Procuremos aventurarnos a afrontar todos nuestros anhelos, sin importar el resultado. Solo el que da todo de si mismo, obtendra una victoria completa.
Amigos verdaderos, solo uno de cada cien.
¿Y si nos equivocamos? Y todos corremos con ese riesgo... Arrancas la hoja escrita de tu cuaderno, la haces un bollito y la tiras. En una hoja nueva empezas a escribir y recordas los errores de la hoja mal escrita para no repetirlos otra vez, aunque tendras errores nuevos, porque aunque no nos guste, de eso se trata vivir. Y más si se vive en un mundo de gente con caras buenas e intenciones malas.